miércoles, 12 de junio de 2013

Explorando la Fibromialgia


 
Explorando la Fibromialgia,
El desconcertante síndrome de dolor-fatiga.

Extraido desde IDEA Fitness Journal.


Aquellos que la padecen, sufren de un dolor terrible. El ejercicio puede ayudar a aliviar el dolor, pero el programa de entrenamiento tiene que ajustarse a la tolerancia del alumno.

Usualmente tienen dolor, típicamente cansados y algunas veces deprimidos. No existe cura para su condición, pero la ciencia ha demostrado que el ejercicio es de gran ayuda.
                Ellos sufren de Fibromialgia, también conocido como Síndrome de Fibromialgia (FM), un desorden multisistémico que afecta aproximadamente al 4% de la población entre 20 y 60 años; el 80% de las personas diagnosticadas son mujeres (Smith y Barkin 2010). La fibromialgia se caracteriza por un dolor persistente de gran alcance, junto con fatiga, sueño interrumpido y depresión, según Smith y Barkin. Otros síntomas son dolores de cabeza, desorden temporomandibular (articulación de la mandíbula), y sensibilidad en varios “puntos sensibles” (puntos de activación en el cuerpo que son especialmente sensibles al más ligero tacto – Lawrence et al. 2008; Smith & Barkin 2010).
                Los científicos han observado la FM en familias, sugiriendo la relación a múltiples genes. Mientras no existe cura para la FM, un enfoque específico y multidisciplinario con el paciente, junto con ejercicio y educación, la terapia cognitivo-conductual (cambiando la forma en que la persona piensa sobre la fibromialgia) y las terapias con drogas específicas han mostrado mejoras en los síntomas y funciones (Smith y Barkin 2010).
                Es importante para los profesionales del ejercicio entender cómo la FM altera la vida de las personas que la padecen. Las personas pueden perder sus trabajos, sus esposas y la habilidad para disfrutar la vida. Mientras que el ejercicio puede aliviar la tensión, tiene que coincidir con la cantidad y la realidad de una persona con FM puede manejar. Un entendimiento profundo de la FM ayudará a los profesionales del ejercicio a diseñar rutinas apropiadas para el estilo de vida de las personas con FM.




Raíces históricas de la Fibromialgia

Inanici y Yunus (2004) notaron que en el siglo 16, la literatura Europea medieval hace mención de personas sufriendo de dolores musculoesqueléticos, lo que podría ser lo que ahora llamamos Fibromialgia. Por muchos años, la fibromialgia -como dolor muscular- fue identificada como un reumatismo (problemas médicos asociados a las articulaciones y tendones) y reumatismo muscular. Inanici y Yunus afirman que en 1904, un neurólogo Británico Sir William Gowers introdujo el término Fibrositis, la cual describía numerosas características y condiciones hoy asociadas a la Firbromialgia.
                En 1976, el nombre Fibrositis fue cambiado por Fibromialgia (fibro: fibra; myo: músculo; algia: dolor), y la Fibrosis pasó a ser una definición de una inflamación de las fibras connectivas. Hugh A. Smythe, MD, fue el primero en describir la FM como un síndrome de dolor generalizado tal como es conocido hoy, y el primero en identificar los puntos sensibles de activación afectados por la FM (Inanici y Yunus 2004). En 1990, el Colegio Americano de Reumatología estableció los criterios médicos para diagnosticar la Fibromialgia; estos criterios fueron revisados en 2010.

Fisiopatología de la Fibromialgia y sus efectos en los que la padecen

La subyacente causa médica de la FM sigue siendo investigada. Por un tiempo se pensó que la FM era psicosomática, un dolor físico causado por factores mentales como el stress. Ahora se cree que es un desorden patológico que afecta cómo el sistema nervioso procesa el dolor (Smith y Barkin 2010). La evidencia sugiere que puede ser una consecuencia de una condición genética de unos neurotransmisores específicos en el sistema nervioso (Smith y Barkin 2010). El resultado es un estado de sensibilidad al dolor físico (llamado hiperalgesia) y la experiencia de dolor de estímulos que no son normalmente dolorosos, como un toque ligero.
                La Fibromialgia no es una enfermedad de articulaciones, por lo que no puede ser relacionada con la artritis, y tampoco inflama o lesiona las articulaciones, músculos u otras fibras. La Fibromialgia es considerada un síndrome más que una enfermedad, ya que es un conjunto de signos, síntomas y problemas médicos que tienden  a ocurrir juntas sin causa identificable. Una enfermedad tiene una o más causas, signos y síntomas identificables.
                Toda la gama de los síntomas de la FM puede tomar un gran número en los que la padecen en diferentes formas. Muchos se sienten que no pueden hacer sus rutinas diarias. Por ejemplo, entre los pacientes con FM entrevistados:
-          35% reportaron dificultades en sus actividades diarias.
-          55% tuvo dificultad para caminar 2 cuadras.
-          62% tuvo problemas para subir escaleras
-          Más del 66% tuvo dificultades menores para hacer las compras, trabajos domésticos y acarrear 5 kilos (Bennett et al. 2007)

Aspectos de la vida como carreras profesionales y relaciones personales han sucumbido a los efectos de la debilidad de la FM. Una entrevista realizada por Bernard, Prince y Edsall (2000) revelaron que el 94% de los pacientes con FM divorciados o separados atribuyeron su separación al síndrome. Más allá, el 30% de los que respondieron la entrevista finalmente renunciaron a sus trabajos después de ser diagnosticados con FM. Finalmente, la condición puede ser relativamente costoso: 74% de los pacientes con FM encuestados mencionan que tuvieron que gastar entre U$100 y U$500 mensuales en productos farmacéuticos para tratar los síntomas. Las compras comunes son acetaminofeno, ibuprofeno, naproxen (para el dolor), ciclobenzaprina (para relajación muscular), amitriptilina (para la depresión) y aspirina (Bennett et al. 2007).

Cómo la Fibromialgia es evaluada

En 1990, el Colegio de Reumatología Americano estableció los criterios de clasificación para la FM que incluye un historial de dolor crónico y generalizado, junto con dolor moderado en al menos 11 de los 18 puntos sensibles. El “Dolor generalizado” se define como un dolor axial en el esqueleto del cuerpo (espina cervical, pecho anterior, espina torácica y espalda baja), el dolor en la sección izquierda del cuerpo, dolor en la sección derecha del cuerpo, dolor sobre la cintura y dolor bajo la cintura (Wolfe y Hauser 2011).
                En 2010, el Colegio de Reumatología Americano revió el criterio. En vez de evaluar los puntos sensibles, el nuevo criterio recae en una entrevista detallada y un examen para evaluar el dolor del cuerpo usando una escala de dolor generalizado en una  escala de 0 a 19, que toma en consideración 19 puntos del cuerpo. Estos puntos están ubicados en las áreas de la mandíbula, abdomen, pecho, piernas, caderas, hombros, cuello y espalda (Wolfe y Hauser 2011). El criterio de 2010 también incluye una tabla de valores de severidad de síntomas, dónde se evalúa la fatiga, síntomas cognitivos y la experiencia de caminar sin hidratarse. Los valores basados en dicha escala son:
0: sin problemas
1.- problemas bajos o medios; generalmente medios o intermitentes
2.- problemas moderados o considerables; presentes a un nivel moderado.
3.- Problemas severos; molestia en actividades diarias y continuas.
(Wolfe y Hauser 2011).







Tratamientos para la Fibromialgia

Smith y Barkin (2010) concluyeron que un acercamiento específico para cada paciente y de manera multidisciplinaria, es la mejor forma de ayudar a los pacientes de FM a mantener los síntomas bajo control e incrementar significativamente su calidad de vida. Sim (2012) menciona que ya que las causas de la FM son complejas, un plan de tratamiento multifactorial es recomendado y que ha probado que es el mejor método.

Intervenciones para FM: Terapia acuática, biofeedback, medicina alternativa, ejercicio aeróbico, resistencia cardiovascular, electroterapia, relajación mente-cuerpo, educación y terapia de comportamiento.

Rossy el al. (1999) propone, en base de meta-análisis de 49 estudios, que los tratamientos para los síntomas de la FM libres de drogas son más efecticos que el tratamiento  con drogas, y que el focalizarse en el ejercicio es lo esencial para el tratamiento de la FM.
                Terapistas ocupacionales tienden a afirmar que para mejorar las actividades funcionales y manejar el dolor y la fatiga (Sim 2012). Los terapistas físicos, por otro lado, se enfocan en incrementar la tolerancia al ejercicio y los niveles de acondicionamiento físico, reduciendo el dolor y mejorando las habilidades funcionales, dice Sim. Ambos tipos de terapeutas prefieren las intervenciones a la FM que incluyen ejercicios de resistencia, control de la fatiga, educación postural, relajación y ejercicios acuáticos (Sim 2012).

Por qué los ejercicios aeróbicos ayudan al tratamiento de la Fibromialgia

El dolor relacionado con la FM pueden debilitarlo, por lo que es de gran evidencia que el ejercicio puede reducir el dolor. El stress crónico que se observa en los pacientes con FM puede reducir la vaso dilatación, la permeabilidad y densidad capilar, con su consecuente restricción al paso de la sangre hacia la piel y músculos; éste conjunto de problemas es referido a la desregulación cardiovascular (Vierck 2012).
                El cuerpo afectado por el compromiso de este flujo de sangre puede volver hipersensible al dolor, el tejido afectado puede ser fácilmente dañado o perjudicado. La regulación de la temperatura también se ve desfavorecida, creando aún más incomodidad. Adicionalmente, la falta de circulación puede llevar a la creación de más ácidos metabólicos, que contribuyen a aumentar la incomodidad y/o dolor. La desregulación cardiovascular es más prominente en mujeres que en hombres, por lo que es más probable el factor de por qué las mujeres son más afectadas por la FM (Vierck 2012). El ejercicio aeróbico regular ha mostrado que minimiza (o atenúa) la desregulación cardiovascular.
                Los estudios del ejercicio de larga duración han  mostrado que pueden reducir el stress crónico y mejorar la microcirculación (Vierck 2012). El stress crónico comúnmente conlleva a elevar la presión sanguínea, o hipertensión, mientras que el ejercicio aeróbico constante ha mostrado que reduce la presión arterial en reposo. El ejercicio regular promueve la angiogénesis (la creación de nuevos vasos sanguíneos) y promueve la reducción de los síntomas de la claudicación (calambres in los pies, típicamente producidos por la obstrucción del flujo de sangre) y dolor isquémico muscular (por una baja de oxígeno).
                Más allá, la contracción muscular durante el ejercicio provoca un incremento del factor de crecimiento endotelial (el endotelio es la capa más delgada de las células que cubren la superficie interior de los vasos capilares). Este incremento en el FCE es un contribuidor esencial al crecimiento capilar, resultando en un mejor suministro de sangre a los músculos esqueléticos. Y una mejora en el suministro de sangre a los músculos durante el ejercicio mejora la eliminación de los subproductos metabólicos, lo que reduce las molestias asociadas a la acidosis.


Por qué el ejercicio es muy difícil para personas que sufren de Fibromialgia

A pesar de los beneficios del ejercicio constante son buenos para los pacientes con FM, muchas personas con éste síndrome no pueden seguir un régimen de ejercicios. Es importante recordar que la FM es un desorden de múltiples síntomas que incluye un dolor generalizado, fatiga crónica, depresión y estrés.
                Con estas condiciones que afectan a las personas con FM, los profesionales del ejercicio deben reconocer y entender que para estas personas es difícil involucrarse en el ejercicio. El aumento de los subproductos metabólicos causados por el ejercicio puede incrementar el dolor y las molestias durante y después del ejercicio. Es por esto que los profesionales deben diseñar rutinas de ejercicios leves y con progresiones graduales para evitar los ejercicios intensos y fatigantes, que pueden incrementar los subproductos metabólicos.

Ejercicio – Recomendaciones desde la Investigación

Los beneficios de los ejercicios acuáticos lo hacen una opción muy atractiva para los pacientes con FM. La boyantes, control de la temperatura y la viscosidad del agua pueden llevar a una experiencia de ejercicio más confortable que las rutinas tradicionales en un gimnasio para las personas que sufren de dolor crónico (Assis et al. 2006). Para mujeres sedentarias, una rutina de running en piscina por 8 semanas y de 45 minutos diarios 3 veces por semana (con una intensidad moderada, determinada por la cantidad de lactato en la sangre) ha demostrado la mejora en las funciones físicas, salud general e indicadores de la calidad de vida en las personas que sufren de FM (Cuesta-Vargas y Adams 2011). Similarmente, sesiones de aeróbics acuático 2 veces por semana junto con terapias de sauna, ha mostrado una reducción del dolor ente un 31 y un 77% después de 12 semanas, y un 28% a un 68% después de 6 meses de ejercicio constante (Matsumoto et al. 2010).
                Andar en bicicleta es otra actividad que ha entregado buenos frutos para reducir el dolor y los síntomas de la FM. Andar en bicicleta con una intensidad de un 70% a 75% de la intensidad cardíaca máxima (calculado como 220 – la edad), ha demostrado que las personas que sufren de FM ha reducido su dolor (Hooten et al. 2012). Interesantemente, ejercicios de baja intensidad (aproximadamente al 45% de la intensidad caríaca máxima) podrían incluso ser más eficaces que las rutinas de mayor intensidad (Newcomb et at. 2011).






El potencial del entrenamiento de resistencia

Desarrollados de manera correcta, el entrenamiento de resistencia es seguro y han demostrado que aumentan la tolerancia del dolor de las personas que padecen de FM (Hurley, Hanson y Sheaff 2011). Hurley y sus colegas han encontrado que el entrenamiento de resistencia disminuye la tasa de pérdida de masa muscular, calidad, fuerza y energía – los que son claramente aumentados en los pacientes con FM. Una revisión de la literatura por Busch et al. (2011) sugiere que el entrenamiento de resistencia 2 a 3 veces por semana a las intensidades correspondientes con 8 a 12 repeticiones puede reducir el dolor hasta 49 puntos en una escala de 0 a 100, y efectivamente reducir el número de puntos sensibles de la FM. La progresión es crítica para el éxito del entrenamiento de resistencia para las personas con FM.

Otros ejercicios útiles

Jones et al. (2012) ha demostrado que en 12 semanas de Tai Chi (sesiones de 90 minutos 2 veces por semana) ha reducido notablemente el dolor. Las actividades diarias como caminar también han demostrado ser útiles para el funcionamiento físico óptimo de las personas con FM (Busch et al. 2011). De acuerdo a Busch y sus colegas, el acercamiento cuerpo-mente del Pilates, yoga, ejercicios de respiración, caminatas nórdicas también proveyeron resultados clínicos relevantes para personas con FM.

Mezclando ejercicios.

Al parecer la combinación de ejercicio cardiovascular, resistencia y otros tipos de ejercicios ayudan a manejar los síntomas de la FM. 16 semanas de caminatas constantes a mediana intensidad, combinado con ejercicio de fuerza (en progresiones de 2 sets de 10 a 12 repeticiones) y estiramientos han reducido la fatiga en mujeres con FM (Rooks et al. 2007). En una intervención de 18 semanas (con 3 sesiones semanales), 15 minutos de caminata a una intensidad de un 55% a un 65% de la intensidad cardíaca máxima combinado con un circuito de ejercicios de resistencia de baja intensidad, más un trabajo abdominal también ha reducido la fatiga (Etnier et al. 2009).
                En algunas de estas intervenciones, los investigadores han observado mejoras, no solo en el manejo del dolor y la fatiga, si no que en la depresión y en el estado de ánimo. Es siempre muy importante para los profesionales del ejercicio el reconocer el estado mental y los beneficios que puede entregar a los pacientes con FM.

Recomendaciones finales de FM

Aunque la fatiga y el dolor pueden hacer que el ejercicio sea una actividad desafiante para personas con FM, es crítico para ellos mantener una actividad física (Busch et al. 2011). La investigación ha repetitivamente mostrado que el ejercicio regular es uno de los tratamientos más efectivos para los pacientes de FM (NIAMS 2011). En general, el ejercicio cardiovascular desarrollado 2 a 3 veces por semana con una duración de 30 a 60 minutos a un 50% de la intensidad cardíaca máxima o un ejercicio de intensidad ha notablemente mostrado que reduce el dolor, mejora la salud mental y disminuye la depresión. Sin embargo, la literatura apoya que existen bastantes tipos de ejercicios -  acuáticos, cardiovasculares y de resistencia, junto con ejercicios de cuerpo y mente -  pueden ser útiles para disminuir los síntomas de la FM (Busch et al. 2011). Los pacientes deben ser introducidos a una variedad de ejercicios antes que ellos decidan cuál es el más cómodo para ellos.
                Una supervisión cuidadosa mientras ellos desarrollan sus ejercicios es muy recomendada, así como el 70% de los pacientes que realizaron la entrevista han reportado que la actividad física vigorosa es el principal agraviante de sus síntomas (Bennett el at. 2007). Más allá, las intervenciones en el hogar están asociadas con un bajo cumplimiento (Harden et al. 2012), lo que muestra la importancia de un personal capacitado para estos trabajos. Los entrenadores personales pueden ayudar a mejorar la adherencia motivando e inspirando constantemente a las personas con FM, de manera de ayudarles a creer que ellos pueden completar su rutina de ejercicios (Busch et al. 2011).








Conceptos erróneos comunes sobre la fibromialgia:

1.- Es un problema grave que no dura mucho tiempo.
                Incorrecto: la FM puede persistir por años, incluso para toda la vida (NIAMS 2011).

2.- Sólo afecta a las mujeres.
                Incorrecto: Hombres y niños (hombres y mujeres) pueden ser afectados por la FM.

3.- Está asociada a las personas mayores.
                Falso: La mayoría de las personas diagnosticadas con FM tienen edad media (CDC 2011).

4.- Es un tipo de artritis.
                Falso: Comúnmente es asociada a la artritis. De hecho, puede ser incrementada la probabilidad de sufrir el síndrome si sufre de artritis (NIAMS 2011). Sin embargo, la FM no afecta las articulaciones directamente, como lo hacen las distintas formas de artritis.

5.- Es una condición que empeora progresivamente.
                Falso: Es tranquilizador saber que la FM no es una condición de salud progresiva (NIAMS 2011).

6.- Pacientes con FM deben tomar medicamentos para dormir.
                Erróneo: Es verdad la complicación del dolor, síndrome de pies cansados y/o ondas cerebrales irregulares pueden interferir con un descanso en el sueño. Sin embargo, es mejor si la condición es manejada sin píldoras con técnicas de higiene del sueño provistas por especialistas médicos (NIAMS 2011).

7.- Es lo mismo que el síndrome de fatiga crónica.
                Falso: Si bien los pacientes con FM sufren de fatiga, la FM y la fatiga crónica son desórdenes que tienen muchos síntomas distintos. La FM, el diagnóstico gira en torno a mecanismos del dolor, mientras que el síndrome de fatiga crónica se enfoca en las causas biológicas de la fatiga.




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