Por primera vez se estudió el tiempo que demora una persona en dejar de necesitar la fuerza de voluntad.
Zapatillas y un buzo nuevo, una cara cuota de incorporación en el gimnasio de turno y todo el empeño del mundo. ¿Resultados? Después de dos semanas de cansador ejercicio, las zapatillas quedan para los días feriados, el buzo pasa a ser pijama, la plata de la cuota se da por perdida y el empeño se convierte en resignación: "no hay caso, no sirvo para hacer ejercicios".
Sí. Cabe dentro de las posibilidades el que usted "no sirva" para hacer ejercicios, pero hay una mirada más realista y la están dando dos investigadores del University College of London: "según nuestro estudio, adquiriri un nuevo hábito les toma a las personas un promedio de 66 días", comentó la profesora Jane Wardle al presentar las conclusiones a las que llegó junto a su compañera Phillippa Lally.
Es decir, sólo tras un poco más de dos meses, una conducta que comenzó siendo autoimpuesta, pero que se repitió cotidianamente pasará a convertirse en una acción automatizada. Osea, si quiere hacer ejercicios tiene, obligatoriamente, que ponerle empeño por mucho más tiempo que dos semanas y recién al tercer mes ya será una situación en la que no interviene la fuerza de voluntad.
Enfocadas en un estilo de vida saludable, las dos especialistas ofrecieron a quienes participaron en la investigación optar por uno de estos tres habitos: comer frutas en el almuerzo, tomar agua (y no bebida o alcohol) durante el almuerzo y comidas, o salir a trotar 15 minutos en la noche, después de comer. Ya elegida cada situación, los sujetos comenzaron con el experimento.
"Realizar una acción por primera vez requiere una planificación, incluso si los planes se forman sólo unos momentos antes de que la acción se lleve a cabo", sostuvieron las investigadoras quienes, a partir de este estudio, también confirmaron que hay hábitos más difíciles de adquirir.
Con monitoreos diarios, registraron si los progresos se desarrollaban de manera inconsiente o de manera controlada, y también la cantidad de fracaso diario. Así, el estudio demostró que si bien el promedio de timepo en que se consolida un hábito es de 66 días, estos pueden variar en número, dependiendo de si la acción es más compleja o más simple, siendo las primeras mucho más difíciles de mantener en el día a día.
Así, hacer ejercicio tomó bastante más días que incluir frutas en el almuerzo o tomar agua en las comidas. Las razones están aún en investigación, y, de hecho, el Consejo de Investigación Médica de Inglaterra aprobó recientemente un presupuesto para que Wardle y Lally profundizaran en esta investigación y luego apliquen los resultados en la creación de hábitos para perder peso y mantener una actividad saludable.
Zapatillas y un buzo nuevo, una cara cuota de incorporación en el gimnasio de turno y todo el empeño del mundo. ¿Resultados? Después de dos semanas de cansador ejercicio, las zapatillas quedan para los días feriados, el buzo pasa a ser pijama, la plata de la cuota se da por perdida y el empeño se convierte en resignación: "no hay caso, no sirvo para hacer ejercicios".
Sí. Cabe dentro de las posibilidades el que usted "no sirva" para hacer ejercicios, pero hay una mirada más realista y la están dando dos investigadores del University College of London: "según nuestro estudio, adquiriri un nuevo hábito les toma a las personas un promedio de 66 días", comentó la profesora Jane Wardle al presentar las conclusiones a las que llegó junto a su compañera Phillippa Lally.
Es decir, sólo tras un poco más de dos meses, una conducta que comenzó siendo autoimpuesta, pero que se repitió cotidianamente pasará a convertirse en una acción automatizada. Osea, si quiere hacer ejercicios tiene, obligatoriamente, que ponerle empeño por mucho más tiempo que dos semanas y recién al tercer mes ya será una situación en la que no interviene la fuerza de voluntad.
Enfocadas en un estilo de vida saludable, las dos especialistas ofrecieron a quienes participaron en la investigación optar por uno de estos tres habitos: comer frutas en el almuerzo, tomar agua (y no bebida o alcohol) durante el almuerzo y comidas, o salir a trotar 15 minutos en la noche, después de comer. Ya elegida cada situación, los sujetos comenzaron con el experimento.
"Realizar una acción por primera vez requiere una planificación, incluso si los planes se forman sólo unos momentos antes de que la acción se lleve a cabo", sostuvieron las investigadoras quienes, a partir de este estudio, también confirmaron que hay hábitos más difíciles de adquirir.
Con monitoreos diarios, registraron si los progresos se desarrollaban de manera inconsiente o de manera controlada, y también la cantidad de fracaso diario. Así, el estudio demostró que si bien el promedio de timepo en que se consolida un hábito es de 66 días, estos pueden variar en número, dependiendo de si la acción es más compleja o más simple, siendo las primeras mucho más difíciles de mantener en el día a día.
Así, hacer ejercicio tomó bastante más días que incluir frutas en el almuerzo o tomar agua en las comidas. Las razones están aún en investigación, y, de hecho, el Consejo de Investigación Médica de Inglaterra aprobó recientemente un presupuesto para que Wardle y Lally profundizaran en esta investigación y luego apliquen los resultados en la creación de hábitos para perder peso y mantener una actividad saludable.
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